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El Espacio Oscuro

jueves, 22 de diciembre de 2016

¡FELICES SATURNALIAS! La verdadera historia de la Navidad

Con el mes de diciembre, llega una época en que al ser humano se le despierta una especie de ternura reprimida. Como que todos quieren tener tregua con todos (porque luego de terminar las festividades todos vuelven a sus mismos problemas) y desean portarse bien con el prójimo y sus familiares, por el hecho que Jesús nació según dice la tradición, en estas fechas.

Isaías, dijo cómo ocurriría: He aquí que la virgen concebirá, y dará a luz un hijo y llamará su nombre Emanuel. Esto es, Dios con nosotros (Is 7 :14). Porque un niño nos es nacido, hijo nos es dado, y el principado sobre su hombro; y se llamará su nombre Admirable, Consejero, Dios fuerte, Padre eterno, Príncipe de paz (Is 9 :6), palabra que se cumple en el Nuevo Testamento. Mateo relata que todo esto aconteció para que se cumpliese lo dicho por el Señor por medio del profeta, cuando dijo: He aquí, una virgen concebirá y dará a luz un hijo, y llamarás su nombre Emanuel, que traducido es: Dios con nosotros (Mt 1 :22-23) Y dio a luz a su hijo primogénito y le puso por nombre Jesús (Mt 1 :25).
No es desconocido para todos esta realidad, aunque
el polvo del tiempo se ha encargado de ocultar algunos detalles, para la mejor comprensión de lo que el hombre celebra y la forma en que lo celebra. No todos conocen esto, pero la navidad se celebra. No todos lo entienden, pero lo celebran. Pocos conocen el significado profundo del advenimiento divino en carne, pero lo celebran. Y así comenzó una costumbre, que en el devenir de los siglos, se hizo ley; hay que celebrar el nacimiento del Hijo de Dios ¿Cuándo? ¿En qué fecha nació Jesús? Nadie podría determinarlo con exactitud, pero la costumbre y la tradición le fijaron distraídamente una fecha, y todos tienen que sujetarse a ella.



Navidad es una palabra que viene del latín "nativitatem", que significa natividad o nacimiento. La costumbre hizo una síncopa de natividad y perdiendo una sílaba, se adoptó como "navidad". Pero realmente la palabra navidad en estos tiempos es un buen pretexto para divertirse, para hacer negocio y para vacacionar.


¿Cómo la celebra la iglesia?
La iglesia primera debía estar celebrando esta fiesta, porque ellos eran los que habían heredado directamente la Palabra de Dios, habían caminado con Jesús y eran los más inmediatos a obedecer sus mandatos. ¿Celebraba la navidad esta primer iglesia? No hay un sólo vestigio en la Biblia, porque Jesús no ordena celebrar su nacimiento, ni su cumpleaños, sino su muerte, y esto sí lo celebraba, con veneración la iglesia del Libro de los Hechos de los Apóstoles. Y todo porque estaba escrito: Haced esto en memoria mía. (Lc 22 :18)... Así pues, todas las veces que comiereis este pan y bebiereis esta copa, la muerte del Señor anunciáis hasta que El venga (1Co 11 :26).


En el año 354 d.C., el obispo Liberio de Roma, ordenó que el 25 de diciembre se celebrara como el día del nacimiento de Cristo (Encyclopedy World Book, 1907, Vol. V, page 611), La Biblia no dice esto, pero un hombre no sólo inventó la fecha sino que obligó a celebrarla. Debió tener un propósito; la realidad es que sí lo tenía. 



“...En el Imperio romano, las celebraciones de Saturno durante la semana del solsticio, que eran el acontecimiento social principal, llegaban a su apogeo el 25 de diciembre. Para hacer más fácil que los romanos pudiesen convertirse al cristianismo sin abandonar sus festividades, el papa Julio I pidió en el 350 que el nacimiento de Cristo fuera celebrado en esa misma fecha.
Algunos mantienen que el 25 de diciembre fue adoptado solamente en el siglo cuarto como día de fiesta cristiano después de que el emperador romano Constantino I el Grande se convirtió al cristianismo para animar un festival religioso común y convertir a los paganos en cristianos. La lectura atenta de expedientes históricos indica que la primera mención de tal banquete en Constantinopla no sucedió sino hasta 379, bajo San Gregorio Nacianceno. En Roma, puede ser confirmado solamente cuando se menciona un documento aproximadamente del año 350, pero sin ninguna mención de la sanción por el emperador Constantino.” (Wikipedia)



Ese día ya lo observaba la Roma pagana; era el 25 de diciembre, la antigua "fiesta del solsticio de invierno", la fiesta a Saturno o "saturnalia", que data de la tradición babilónica y que recordaba esencialmente a Mitra, el dio sol, en el día de su nacimiento.



Se decía que Mitra, Baco, Adonis, Orus, Osiris, Júpiter, Hércules y Tamuz, hijo de Nimrod, habían nacido en la misma época invernal, conocida hoy como el tiempo navideño. Por supuesto, en esos días esta fiesta se celebraba de la manera más degenerada e inmoral. Fue siempre una de las celebraciones que más desprestigió a Roma desde los primeros siglos.De ahí nació la idea de unir al nacimiento de esos dioses, al nacimiento de Cristo, herencia que padecemos hasta el día de hoy.



Las Saturnalias.
En Babilonia, esta fiesta a Saturno tenía como característica un gran libertinaje y borracheras. Tenía también dos detalles que llaman poderosamente la atención:
Primeramente, se usaban árboles de pino por doquier, para representar el calor del nuevo nacimiento del dio sol, en forma de fuego (Libro "El hombre y sus dioses" pag 201). Esto se basaba en una antigua leyenda babilónica: durante una noche, un árbol verde se desarrolló de un tronco muerto. Esto hablaba de que el dio sol Nimrod (tronco seco), reencarnaba en Tamuz (árbol verde), cuando su madre Semíramis lo daba a luz en esa noche.



Las Saturnalias eran unas antiguas fiestas en honor a Saturno. Tenían lugar en diciembre, durante el solsticio de invierno. Con ellas se celebraba el fin de la época más oscura y el nacimiento del Sol Invictus. Según Tito Livio se introdujeron en el año 217 a. C. para levantar la moral de los ciudadanos tras ser derrotados por los cartagineses.



Se las llegó a denominar "fiesta de los esclavos" ya que en las mismas, los esclavos recibían raciones extras, tiempo libre y otras prebendas; eran, si se permite la comparación, Navidad y Carnaval a un mismo tiempo y el cristianismo de la antigüedad tardía tuvo fuertes problemas para acabar con esta fiesta pagana, intentando sustituirla.


Las primeras se celebraban del 19 al 25 de diciembre en honor a Saturno, Dios de la agricultura, a la luz de velas y antorchas, se celebraba el fin del período más oscuro del año y el nacimiento del nuevo período de luz, o nacimiento del Sol Invictus, coincidiendo con la entrada del Sol en el signo de Capricornio (solsticio de Invierno). Probablemente las Saturnales fueran la fiesta de la finalización de los trabajos del campo, celebrada tras la conclusión de la siembra de invierno, cuando el ritmo de las estaciones dejaba a toda la familia campesina, incluidos los esclavos domésticos, tiempo para descansar del esfuerzo cotidiano.


Eran siete días de bulliciosas diversiones, banquetes e intercambio de regalos. Las fiestas comenzaban con un sacrificio en el templo de Saturno (en principio el dios más importante para los romanos hasta Júpiter), al pie de la colina del Capitolio, la zona más sagrada de Roma, seguido de un banquete público al que estaba invitado todo el mundo. Los romanos asociaban a Saturno con el dios prehelénico Crono, que estuvo en activo durante la edad de oro de la tierra. Durante las Saturnales, los esclavos eran frecuentemente liberados de sus obligaciones y sus papeles cambiados con los de sus dueños.


Posteriormente, el nacimiento del Sol y su nuevo período de luz fueron sustituidos por la Iglesia, quien hizo coincidir en esas fechas el nacimiento de Jesús de Nazaret con el objetivo de acabar con las antiguas celebraciones. Gradualmente las costumbres paganas pasaron al Día de Año Nuevo, siendo asimiladas finalmente por la fiesta cristiana que hoy en día se conoce universalmente como el Día de Navidad.

Queda pendiente entonces saber si el  cristiano de este siglo debe celebrar la natividad del Señor ¿En diciembre? ¿En septiembre? ¿En octubre? Es evidente que el cristiano no es legalista y el cristiano no celebra una fecha, sino un HECHO.

Tal vez debamos pensar de una forma diferente sobre lo que hoy llamamos navidad, y meditar en algunas cosas, como por ejemplo:
  1. El intercambio de regalos, que son ya una exigencia, una presión y una obligación en oficinas, escuelas particulares y aún en “iglesias”, y que representan el triunfo del comercio establecido y el culto a la sociedad de consumo que padecemos hace ya varias décadas.
  2. Las mentiras. Como eso de que "los reyes magos, santa clós y el niño dios traen regalos a los niños que se portan bien" y que normalmente no funciona entre niños pobres que se portan bien, sino entre los niños ricos aunque se porten mal.
Con esto último no digo que no disfrutemos y compremos con nuestro aguinaldo lo que podamos, insisto en que existen mejores cosas que hacer con el dinero que recibimos en lugar de gastarlo en el consumismo masivo y las exuberantes vanidades que nos tientan en estas fiestas.

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